

Pese a tener un cortejo escaso en penitentes, no lo ha sido en el entusiasmo de las cuadrillas de costaleros y costaleras que dirigidas por sus capataces han realizado una buena estación de penitencia entre aplausos y vítores.
Tras varias horas en la calle, el Cristo y la Virgen llegaban a su casa pasada la una de la madrugada con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.
























0 Comentarios: