miércoles, 23 de enero de 2013

Artículo de Juan Antonio Díaz en defensa de la Enseñanza Concertada

En las páginas interiores del periódico que suelo leer todos los días he podido encontrar una noticia que, cuanto menos, me ha preocupado y hecho reflexionar: “Educación mirará con lupa la revisión de conciertos con colegios privados”. 

Ese era el titular que leía en las páginas del periódico, a las pocas horas, escuchando la radio, en una entrevista que hacían a una mujer político, en la emisora se decía lo siguiente: “La Junta de Andalucía (gobernada por el bipartito PSOE-IU) quiere «meter la tijera» a los centros educativos concertados, sin tener ningún criterio –exceptuando el ideológico− para que este gobierno tome dicha decisión. 


Debemos de tener siempre presente, si hacemos la comparación, que una plaza concertada es mucho más barata que una plaza pública, de lo que deducimos que la enseñanza concertada le ahorra dinero a la Administración Pública. Esta revisión supone un atentado contra la libre elección de centro (…) 12.000 familias no saben si sus hijos van a poder ir el año que viene al mismo colegio por la radicalidad y el sesgo ideológico”. Por su parte, la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía, ha hecho las siguientes declaraciones: “la reforma educativa es una amenaza para que cerremos colegios públicos y se abran más centros privados (…) No nos vamos a quedar de brazos cruzados ni lo vamos a permitir”.

Dos posturas totalmente enfrentadas para abordar un gran problema, la educación. Es un problema realmente grave y de suma importancia. En los datos extraídos de la EPA, Encuesta de Población Activa, y que han sido publicados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, se nos informa que “Andalucía lidera el ranking de abandono escolar y prematuro” con una tasa del 32’5%. Esta tasa supera en seis puntos a la media nacional y duplica ampliamente el promedio de la UE que ha sido cifrado para este año en el 13’5%. Este indicador mide la proporción de personas de entre 18 y 24 años que no se han titulado en FP, ni en Bachillerato, ni siguen ningún tipo de formación.

                Como les decía al comienzo de este artículo, es un tema preocupante, delicado, “espinoso” –permítanme la expresión, amables lectores−, la educación es un pilar clave en nuestra actual sociedad. Pero, ¿Qué es la educación? ¿Qué sería de la sociedad sin ella? y más concreto ¿qué es la educación concertada?, ¿por qué darle tanta importancia? ¿Podríamos vivir en un país desarrollado y con el estado del bienestar –aunque padeciendo los efectos de una crisis económica y financiera− si no fuera por ella? ¿Sería posible vivir en una sociedad civilizada sin educar o maleducando? O ¿educando meramente en contenidos teóricos-prácticos, olvidando las dimensiones humanas (como las espirituales, los valores de convivencia…)? Sin lugar a dudas, son una cantidad de interrogantes los que se nos plantean al principio de este artículo que intentaremos ir resolviendo a lo largo del mismo.

                La RAE, en la segunda y tercera acepción que nos da respectivamente, define la educación como “la crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes” o “la instrucción por medio de la acción docente”. Una de las acepciones del verbo educar es “desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos...”. La doble raíz de la palabra educar –“educere-educare”− refiere el sistema que constituye el proceso educativo: sacar lo mejor de cada persona apropiándose creativamente de los tesoros de la historia. Un buen profesor nuestro de pedagogía nos definió la educación como “el proceso de apropiación creativa de valores que se nos ofrece como posibilidades para nuestra realización”. Como se puede apreciar estas dos últimas definiciones son mucho más filosóficas, es decir, más profundas que las académicas que nos da el diccionario.

                Una escuela concertada sería aquella escuela privada con enseñanzas concertadas que funciona con fondos públicos. Esto quiere decir que su titularidad y su gestión son privadas, pero funcionan gracias a acuerdos de subvención o patrocinio del Estado para financiar las enseñanzas. La educación se lleva a cabo de igual modo en la pública como en la privada, porque esa es la misión de los centros educativos, lo único que cada una elige (según nuestra LOE), dar relevancia a distintos procesos educativos para llegar a un mismo fin.

                En el artículo 27.1. de la Constitución Española se nos dice: “Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza”. Como podemos ver, la educación es un derecho constitucional. No es agradable leer noticias de que un determinado gobierno pretenda recortarla. Sin lugar a dudas, la enseñanza concertada presta un gran servicio educativo en este país. En primer lugar, porque garantiza la libertad y el derecho de los padres a elegir la educación que prefieran para sus hijos. Segundo, porque ahorra mucho dinero a la Administración Pública, recordemos que una plaza concertada es el 40% más barata para el Estado que una pública. Tercero, la enseñanza que en este tipo de centros está regulado por el Ministerio de Educación porque al igual que los centros públicos han de atenerse al artículo 27.8. de la Constitución Española: “Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes”. Esto significa que la educación que se imparte en los centros concertados es tan válida como la que se imparte en los públicos. Cuarto, la enseñanza en los centros concertados suele ser más personalizada. 

Escuchando algunos testimonios de personas que han sido alumnos de este tipo de centros durante su etapa educativa (Primaria, ESO y Bachillerato), porque los docentes de la privada están constantemente sometidos a pruebas y vigilancias constantes, ya que pueden ser despedidos de su trabajo con mucha más facilidad que los que aprueban unas oposiciones del Estado. Cuando un docente aprueba dicha oposición decimos que “se relaja” y no presta tanta atención a su trabajo como lo hace un profesional de la enseñanza sometido a la presión de evaluaciones constantes por parte de los padres y del personal encargada de la docencia concertada. Por consiguiente, los resultados académicos obtenidos por los alumnos de estos centros suelen ser muy satisfactorios a todos los niveles de la persona: personal y profesional debido a la implicación permanente de su profesorado y a los planteamientos metodológicos (cargados de valores humamos) que ellos llevan a cabo.

Con todos estos argumentos expuestos anteriormente, no logramos entender el por qué la Consejería de Educación quiere recortar las aulas y líneas de educación de los centros concertados. Según se informaba en la prensa, en Granada y su provincia ya han sido avisados seis centros concertados de esta infausta pretensión. Lo que nuestros representantes públicos tendrían que hacer –igualmente los de Madrid que los de Andalucía− es pensar en la educación de la sociedad. Con las pretensiones de los recortes ora sean de Ministerio, ora sean de la Consejería, no se contribuye a garantizar una buena educación pública, libre y gratuita. Libertad, ¡qué palabra tan grande!, eso es lo que los españoles queremos para nuestra sociedad: libertad de pensamiento, libertad de credo, libertad para poder educar a nuestros hijos en los centros que nosotros veamos más convenientes, eso sí, como hemos visto antes, siempre y cuando, éstos estén homologados por los poderes públicos.

                La educación, la enseñanza…, ese pilar básico y tan necesario para nuestra sociedad, es el único instrumento de crear ciudadanos, porque además de educar enciclopédicamente a nuestros niños y jóvenes, tenemos el deber ético y la obligación moral de formarlos cívica, ética y moralmente para que sepan convivir en sociedad, es decir, para que sean “personas humanas preparadas para vivir como Ciudadanos del Mundo”. Sea este modesto artículo una petición a los poderes públicos para el fomento de la educación pública y concertada (cada cual en sus líneas y valores éticos y  filosóficos). Lo que se debe de hacer es fomentar e impulsar nuevos centros educativos, ya sean públicos, ya sean concertados; unos no están reñidos con los otros. A fin de cuentas, lo que realmente importa es que cada vez haya más y mejores centros educativos en España para que en éstos se formen –como decía Immanuel Kant−,  personas “que obren de tal modo que la máxima de su voluntad pueda valer siempre ya al mismo tiempo, como principio de una legislación universal”, “que obren de tal modo que traten a los demás (incluidos ellos mismos) como un fin y no solamente como un medio” y “que obren como si fueran ciudadanos de un mundo perfecto”.

EDUCAR Y ENSEÑAR EN ESPAÑA. UN DEBER CONSTITUCIONAL, SOCIAL, ÉTICO Y MORAL


JUAN ANTONIO DÍAZ SÁNCHEZ

(Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino)



6 Comentarios:

Unknown dijo...

La RAE define muy bien la mayoría de palabras y conceptos que trata, pero en el caso de "Educación" deja mucho que desear. Acudir a la RAE o al diccionario propio de países como Argentina, Iraq, Japón, Mauritania... o cualquier otro Estado para definir este concepto, es quedarse en las antípodas de su conocimiento. Vocablos como "crianza", "doctrina", "enseñanza" ¡¡¡¡¡sin nombrar aprendizaje!!!!! o "instrucción" son términos totalmente anticuados y fuera de lugar en la escuela del Siglo XXI. Y no lo digo yo, lo dijo el consensuado Informe Delors, allá por el año 1995, cuando hablaba de competencias, tan de moda en el día de hoy. A pesar de realizarse en los años '90 su enfoque es totalmente actual y países escandinavos, anglosajones, americanos,... (con tan extraordinarios resultados que tratamos de copiar) basan su modelo en él. Este informe, encargado por la UNESCO, un organismo con una visión "un tanto más amplia" a la hora de definir algo tan globalizado como lo que estamos tratando, habla de 4 pilares de la educación, ejes que te recomiendo que destaques en tus próximos artículos con el fin enriquecer tus juicios de valor, pilares que desembocan en un edificio final que significaría el APRENDER A SER. Pero dejando de "filosofear" y sin entrar en las opiniones vertidas por tu parte, querido amigo, al describir al maestro de la escuela pública que tras una oposición y sacándose la plaza "se relaja" (ya que ni sabes lo que cuesta ello, ni sabes lo que cuesta mantener ese puesto de trabajo con servicios de inspección educativa pública, programas con indicadores de calidad, supervisión de madres y padres igual de exigentes o más que en educación concertada, ni tienes la mínima idea de las ansias de buenos docentes que tratan de innovar educativamente, echando horas y horas que no van en el sueldo de la pública... etcétera, etcétera), te diré que lo que tiene que hacer la enseñanza concertada, con el fin de cumplir a rajatabla la Constitución, es facilitar el DERECHO A LA EDUCACIÓN, a la hora de facilitar accesos a esa bonita palabra que, como muy bien dices, procede del latín "educere" puesto que si no lo hace en ese "tipo" de educación tan magnífica que tú destacas solo entrarán "hijos de papá", "enchufados", personas con una "determinada ideología" etc, etc. Bien lo sabes tú que eso TAMBIÉN está ocurriendo desde tiempos "inmemoriales" en la concertada, no lo obvies. En fin, concluyendo, ni el gobierno andaluz actual lleva razón a la hora de perseguir la concertada, ni por supuesto el gobierno estatal, con más poder que el anterior, lleva ni un ápice de raciocinio a la hora de perseguir la pública. El primer derecho en cuanto a la educación, es poder recibirla. Los sistemas de pagos de la concertada no facilitan el acceso a esa educación para todo aquel que quiera elegirla. Y finalmente, y cumpliendo la promesa de no entrar en los sistemas de elección y mantenimiento de los cuerpos docentes que entran en la concertada, finalmente te diré que... a pesar de que nuestro país, estado "laico"... tiene como religión mayoritaria la cristiana, por cierto también la mía, aspecto que raramente no comentas en este artículo, terminaré mi comentario, en esta página referida al espíritu y los buenos valores de SS, preguntándote la siguiente cuestión: ¿El Evangelio qué dice acerca de facilitar la EDUCACIÓN, tratando a todos por igual independientemente de sus creencias, gustos, intereses, ideologías, etc.? PD Etiquetas del comentario: colegio público, enseñanza pública, delors, derechoalaeducaciongratuitaparatod@s, ETC

Anónimo dijo...

fuera las enseñanzas religiosas, de los centros educativos y los profesores que den clases particulares a quie lo deseé, sin que perteznecan a centros que tengan nada que ver con el estado. Renovación

Anónimo dijo...

fuera las enseñanzas ideológicas de gentes como tú, anónimo, que usais la religión para vuestro provecho. Apoyo en toda su integridad el artículo del Sr Díaz.

Anónimo dijo...

Miguel Ávalos, siento corregirte (al igual que has hecho con Juan Antonio), pero españa no es un país laico sino aconfesional.

Anónimo dijo...

Aunque algunos quieran que España sea un país laico no lo es, somos un estado aconfesional mal que les pese algunos. Por cierto, laicos somos todos, incluso las hermanas de la presentación que se deican a la vida consagrada..., más bien defenderá el laicismo que son los que quieren borrar todo lo religisoso de la sociedad, y reducirlo al ámbito privado (que volvamos a las catacumbas), tambien de las cofradias claro, auque luego algunos se den golpes de pecho...

Unknown dijo...

Estimado anónimo sé muy bien qué tipo de país es España, no puedes corregirme en eso, lo siento mucho, y te digo por qué... en el lenguaje escrito hay un signo de puntuación que se llama COMILLAS y una de sus funciones al ser utilizado es "para indicar la intención irónica del empleo de una palabra" o "para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error"... Si te vas al artículo de JA Díaz verás que cuando él habla de "se relajan" referido a los maestros que se sacan la plaza en la pública está empleando dicho signo, conoce dicho signo y lo utiliza estupendamente para expresar el mensaje que trata de transmitir. Lamentablemente debo de decirte que o no sabías de su existencia, que lo dudo, o simplemente te has cegado a la hora de leer mi comentario, que no correción, cosa que veo más probable, puesto que cuando empleo el vocablo LAICO, lo hago ENTRECOMILLÁNDOLO, o sea que no está erróneamente utilizado, ni por supuesto no sé de lo que hablo. Creo que no pillaste la "broma". Y por último decirte que, sin entrar demasiado en tu comentario último y esperando que no te sirva como excusa para seguir por ese terreno, conmigo o con aquellas personas que no "vivimos" en una Iglesia, te diré que cualquier ser humano puede tener perfectamente sus creencias y ejercerlas tal y como crea conveniente, se den golpes en el pecho o dejen de dárselos, siempre y cuando sus valores sean cristianos y las oraciones las haga individualmente en silencio y en soledad o en el mejor de los templos, tratando siempre de ayudar al prójimo, especialmente a los más débiles. PD. Varios episodios bíblicos relatan como diversos templos fueron derrumbados por obra y gracia de Dios debido a la riqueza, corrupción, falsos creencias y falsos valores que los representantes de la misma o sus más "allegados" realizaban en él. Cuidadito porque igual a algunos se os "derrumba" (entrecomillado lo de derrumbarse) el templo encima.


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