sábado, 24 de marzo de 2018

Carta del párroco de la Peza con ocasión de la Semana Santa


Queridos feligreses y vecinos:

Con motivo de la Semana Santa os dirijo esta carta. Estos días que se aproximan, comenzando por el Domingo de Ramos y culminando en la Pascua, son los días más intensos de nuestra fe católica y como tales debemos de vivirlos. 


Muchos ven en estos días un tiempo de vacaciones, de asueto y diversión, de playas o viajes, pero para el cristiano no puede serlo así. ¿Cómo olvidarse de la Pasión, dolores, sufrimientos, humillaciones, penurias y vejaciones que nuestro Señor Jesucristo pasó por nosotros? ¿Hasta dónde llega nuestra insensibilidad, indiferencia o egoísmo ante la cruz de Cristo?

Tampoco pueden ser días en los que nos quedemos solo en las procesiones, en los capirotes o saetas. Muchos cofrades lloran cuando el mal tiempo, la lluvia, les impide sacar sus pasos, y... ¿cómo no lloran por sus pecados? ¿Cómo presumir de acompañar a la Virgen en sus dolores o en su soledad, vestido de penitente o camarera, con peineta, mantilla y rosario en la mano cuando se es maleducado, malhablado, grosero, murmurador, impío, irreverente, y otras cosas parecidas? 

No, el cristiano debe vivir la Semana Santa con otro estilo, de otra manera, con otro talante, con otros pensamientos. Para el cristiano la Semana Santa no son vacaciones. Debemos vivirla imbuidos de este misterio que nos sobrepasa que es la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo, el Hijo de Dios, y participar consciente y consecuentemente en las distintas celebraciones que la Iglesia nos propone.

Esto no quiere decir que la Semana Santa o la vivencia de la fe para el cristiano sean tristes o aburridas. Todo lo contrario;  quien comprende y contempla que Dios ha muerto por él, se convierte en un alma agradecida, generosa y alegre, con una alegría profunda y permanente; con una paz que llena y satisface el corazón y la vida entera de la persona, a pesar de los sinsabores, cruces y penalidades que la vida conlleva.

Yo os animo a vivir la Semana Santa de esta manera y no contagiados del ambiente increyente o mundanizado al que la sociedad actual nos arrastra. Es necesario para vivirla con verdadero espíritu cristiano acercarse al sacramento de la confesión, participar en las celebraciones de Jueves, Viernes y Sábado Santo y del Domingo de Resurrección. De acercarse a la Comunión, en las debidas disposiciones, como es tradición la Iglesia durante siglos y lo ha sido en nuestro pueblo hasta no hace mucho tiempo, y aún lo siguen viviendo así numerosos cristianos.

Animo particularmente a las familias, padres, hermanos… de los niños que en un par de meses van a recibir por primera vez la Sagrada Comunión. No olvidemos que el Cuerpo de Cristo que el sacerdote administra cuando se comulga es el Cuerpo de Cristo clavado en la Cruz, flagelado, humillado, vejado, torturado… por nuestros pecados y rebeldías. ¿Cómo recibirlo de cualquier manera? ¿Cómo comprenderán bien los niños lo que van a recibir si no viven y celebran verdaderamente la Semana Santa? Recuerden los padres la pregunta número 6 del catecismo de los niños, entre otras. 

Muchos cristianos, o los que se dicen que creen, no identifican la Sagrada Comunión con Cristo crucificado, muerto y sepultado. Viven la Misa, la Comunión y las cosas de la Iglesia con bastante frivolidad y superficialidad, haciendo un uso sacrílego de cosas tan sagradas.

El horario de las distintas celebraciones y actos que hemos preparado para esta Semana Santa los podréis encontrar en los carteles que hemos distribuido por el pueblo, así como en la página de Facebook de la parroquia y en los mensajes de WhatsApp que os envío.

Recibid todos un cordial y afectuoso saludo y la bendición de Dios de vuestro párroco. 
Juan Manuel Romero López.

La Peza, 23 de marzo de 2018.
Viernes de Dolores.


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