
Productos de las matanzas, tales como espinazos, embutidos o jamones, bebidas espirituosas, pájaros, conejos, gallinas... dan la bienvenida al primer acto social del año en la Plaza Alta de la localidad alicunera. Allí, los productos se convierten en dinero para, entre otras cosas, sufragar los entierros o, como hace unos meses, construir nuevos nichos en el cementerio.
Aunque se trata de una tradición antaño muy común en algunas localidades de la Diocesis de Guadix, la Hermandad de Alicún de Ortega es una de las pocas que siguen celebrando esta tradición a día de hoy.
La Hermandad acompaña y prestar ayuda económica a los difuntos en el día de su entierro, a todos los hijos del pueblo, aunque en ese instante no residan en él.







Fotos: Joaquín Corral
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