lunes, 11 de junio de 2018

La Hermandad del Santísimo Huéscar termina con la celebración de la Santa Misa de la Espiga sus acciones pastorales




La constancia y el trabajo callado de una multitud de personas, pero sobre todo la oración, han sido la clave para que después, de más de quinientos años, dicha hermandad, siga  cumpliendo su cometido de dar culto a Jesús Sacramentado.

Muy lejos en el tiempo nos queda aquel 23 de julio del 1544, cuando se fundaba en esta parroquia la Hermandad del Santísimo Sacramento. Se constituyó siguiendo las indicaciones de la bula promulgada por el pontífice Paulo III, el Papa que convocó el concilio de Trento.

Dicha hermandad, cada Festividad del Corpus Cristi, que este año ha sido el 3 de Junio, saca a la calle, la hermosa “torrecilla”, en su trono colmado de multicolores flores.  Ante los tradicionales altares, seis han sido este año, la procesión se detiene delante de cada uno de ellos, y la Capilla Musical interpreta cada uno de los  tradicionales villancicos, escritos para este momento por Juan María Guerrero de la Plaza. Es uno de los días más grandes con los que cuenta  la ciudad de Huéscar.

Es en el día del Corpus, cuando la Hermandad, tiene su cabildo General de Hermanos, en donde se rinden cuentas, y se elige al nuevo tesorero y se renueva el censo de dicha Hermandad. También en este día,  a las 7 de la  tarde comienzan las solemnes vísperas que hasta el jueves de la octava del corpus, se cantan  en latín. Este año,  nos visitó nuestro administrador Diocesana, quien presidio las Vísperas, y acompaño a Jesús Sacramentado, en la breve, pero majestuosa y solemne procesión que se hace alrededor del templo de Santa María, en donde no faltan los altares ni los villancicos, las hierbas aromáticas y los pétalos que caían  de los distintos balcones.

Sus acciones pastorales concluyen con la celebración de la tradicional Misa de la Espiga, que siempre que el funcionamiento de la parroquia lo permite, es el domingo siguiente al Corpus. De nuevo este día, cuando los rayos del sol comienza a aparecer, Jesús Sacramentado sale en procesión, y en el lugar preparado con mucho esmero por los vecinos, se celebra la Santa Misa. No solamente se adorna dicho lugar, pues a lo largo del recorrido también se adornan las calles y se visten  altares.

Este año el lugar escogido para dicha celebración, ha sido la plaza de la Ermita de la Soledad, siendo dicha Eucaristía uno de los actos programados  por la Cofradía de la Soledad Coronada, dentro del 75 aniversario de la llegada y bendición de su titular Mariana. Con mucho gusto, la junta de gobierno ha preparado  un hermoso altar.

Pidamos que dicha Hermandad, como rezan en sus antiquísimos estatutos se mantenga fiel a “Acrecentar, aumentar y mejorar el culto y el servicio divino como a tan alto Sacramento se requiere…”

José Antonio Martínez Ramírez. 
Párroco de Huéscar.




























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